Ciudades en movimiento

Las ciudades nunca estuvieron quietas. Se observan, se imitan, compiten y se transforman mutuamente. Modelos, políticas, prácticas y expertos viajan entre territorios distantes y terminan reconfigurando lo local. En un mundo donde la urbanización se expande y las geografías de influencia se multiplican, este texto indaga cómo las ciudades se producen en movimiento: a través de sus préstamos, sus desvíos y sus traducciones.

por Guillermo Jajamovich

I. Salvador Bahía como la Roma negra. Newcastle como la Brasilia del Norte. Buenos Aires como la París sudamericana. Rosario como la Chicago Argentina. Las citas, alusiones, comparaciones y conexiones entre ciudades atraviesan sus historias. No se trata de juzgar la adecuación o inadecuación de tales comparaciones sino de entender su persistente proliferación. 

II. Desciende de su departamento, sube a su bicicleta y llega al trabajo a través de una ciclovía. No puede ni quiere ir en auto al centro. El uso de automotores está limitado y gran parte del centro está peatonalizado. Cuando llueve se mueve en metrobús y aprovecha sus carriles exclusivos. Esas escenas pueden desplegarse en una multiplicidad de ciudades. Ya no sólo proliferan y se diseminan en aeropuertos, autopistas, barrios cerrados  o shoppings.

Una ciudad no es una isla. Una ciudad es más que una ciudad. Sus límites administrativos no la contienen. Tampoco la frontera del país en que se inserta. Cada ciudad se constituye a partir de relaciones con otros espacios y a través de variadas escalas

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III. Se ha vuelto cada vez más común aludir a un planeta completamente urbanizado. Los fenómenos antes asociados a las grandes urbes de Europa y Norteamérica se encuentran ahora en infinidad de lugares con trayectorias muy disímiles. Durante décadas se conceptualizó de modo dicotómico un mundo industrializado y urbanizado — el Norte— y otro en vías de desarrollo con economías y formas de organizaciones tradicionales — el Sur —. Esa división ha perdido poder analítico. Los más intensos y complejos procesos urbanos se están dando en países y regiones de lo que se conoce reductivamente como el sur global.

El modelo concéntrico de la Escuela de Sociología Urbana de Chicago, el modelo “keno” de posmodernidad asociado a la Escuela de Los Ángeles, o el modelo de ciudad global construido sobre evidencia empírica de Nueva York, Londres y Tokio muestran que históricamente los estudios urbanos han partido de un grupo acotado de ciudades para producir teorías que buscan explicar fenómenos urbanos en una variedad de lugares mucho más abarcativa. En las últimas dos décadas ha crecido el interés por producir teorías que estén más en sintonía con lo que sucede en la mayoría de las ciudades. 

Las geografías de los modelos urbanos también están cambiando. Un creciente número de ciudades asiáticas se han venido erigiendo como modelos de futuros urbanos. Singapur, Shanghai y Hong Kong, en lugar de Nueva York, Londres o París, han emergido como modelos para ser invocados, envidiados y emulados.

IV. Una ciudad no es una isla. Una ciudad es más que una ciudad. Sus límites administrativos no la contienen. Tampoco la frontera del país en que se inserta. Cada ciudad se constituye a partir de relaciones con otros espacios y a través de variadas escalas. La producción de políticas, espacios y proyectos yuxtapone procesos relacionales y territoriales. Las ciudades están atravesadas por interreferencias, comparaciones y modelizaciones: la cita, alusión, aspiración, y competencia son prácticas a través de las cuales las ciudades se reconstituyen relacionalmente. No sólo circulan capitales: personas, ideas, imaginarios, expertos, objetos, conectan y desconectan distintas ciudades. Las ciudades se mueven, las políticas, los proyectos y los expertos también. 

V. Mucho antes del surgimiento de la globalización, las transformaciones urbanas, las políticas y los proyectos fueron ‘influenciadas’ por modelos, ya sean esquemas utópicos o ciudades realmente existentes. Las ideas y prácticas de planificación de otros lugares han sido relevantes para el desarrollo urbano en ciertas ciudades. Las dinámicas actuales parecen estar signadas por la creciente intensidad y aceleración de la movilidad de modelos y políticas urbanas al punto que ha sido acuñado el concepto de fast policy. Internet, las redes sociales, las redes de ciudades, los vuelos baratos, la proliferación de eventos, la generalización de rankings, y otros canales, objetos y prácticas intensifican los intercambios entre ciudades.

Las circulaciones de modelos, políticas y proyectos urbanos en sentido Norte - Norte y Norte - Sur se han ido yuxtaponiendo con otras en sentido Sur - Sur e incluso Sur - Norte. Surgido en Porto Alegre en los años ochentas, innumerables ciudades desplegaron experiencias de presupuestos participativos. ‘Colombia, el riesgo es que te quieras quedar’: hace unos cuantos años ese lema daba cuenta de un cambio de imagen de sus ciudades en clave turística. Algo similar ha ocurrido con diversas iniciativas urbanísticas en Bogotá y Medellín, transformadas en mecas regionales del urbanismo y la gestión urbana. Cuesta mencionar ciudades latinoamericanas que desplieguen políticas de mejoramiento barrial sin aludir o recurrir a expertise colombiana y/o brasilera. “Elige tu propia Medellín o Bogotá”: los modelos urbanos y las ‘mejores prácticas’  no definen su sentido técnico y político de una vez y para siempre. Horacio Rodríguez Larreta o Juan Monteverde han aludido en varias ocasiones a experiencias de ciudades colombianas para reforzar sus respectivas agendas técnicas y políticas. El movimiento es amplio.  

VI. Promotores, profesionales, gurús, think tanks, consultoras y agencias internacionales involucradas en la producción y movilidad de modelos urbanos y de best practices enfatizan su consistencia técnica y su carácter apolítico. En contraste, diversas perspectivas -policy mobility, perspectiva de ensamblajes, urbanismo poscolonial, entre otras- subrayan el carácter político inherente al proceso de convertir y transformar determinadas experiencias en modelos de política urbana así como en su puesta en circulación. Lejos de constituirse como modelos urbanos de modo natural, transformar una ciudad o un fragmento de la misma en un modelo urbano supone el despegue de la experiencia del contexto en que surge, su transformación en algo distinto, circulable, escalable, la existencia de actores y redes con capacidad para su movilización y, por supuesto, audiencias interesadas en esas propuestas. El know-how técnico se entremezcla con el aura y el prestigio simbólico que las rodea. 

Las redes de ciudades, las publicaciones, los viajes in situ, los premios, los manuales, los rankings de ciudades, las prácticas de benchmarking, el marketing urbano y eventos muy variados llevan a ciertas ciudades a conversar entre sí creando mapas mentales de las “mejores ciudades”, al mismo tiempo que separan y dejan de lado a otras. 

No existe una relación lineal o directa entre modelos urbanos y los impactos que emergen en contextos donde se ponen en práctica. Un mismo modelo no impacta de modo similar en distintas ciudades. Un modelo urbano puede tratar de engendrar ciertos efectos, pero la medida en que lo hace o no rara vez —o nunca— puede atribuirse únicamente al modelo en sí. Estos experimentan formas de mutación, traducción y reensamblaje a medida que viajan entre diferentes contextos de políticas. 

Las geografías de los modelos urbanos también están cambiando. Un creciente número de ciudades asiáticas se han venido erigiendo como modelos de futuros urbanos.

VII. La movilidad de políticas y modelos urbanos ha sido asociada a la consolidación de procesos de neoliberalización urbana. Sin embargo, también se movilizan políticas con otros contenidos urbanos y sociales, como ser: las propuestas de descentralización y participación que en los años noventas conectaron gobiernos de centro-izquierda como Montevideo y Rosario. El auge y caída en la década pasada de las gestiones urbanas municipalistas en Madrid y Barcelona y la promoción de un municipalismo global también ilustran un más allá del dictum neoliberal. 

No sólo circulan las best practices. La circulación de experiencias etiquetadas como fracasos también busca reforzar las agendas técnicas y políticas de quienes las movilizan. En el debate entre promotores y detractores del traslado de la capital a Viedma - Carmen de Patagones, desplegado entre 1986 y 1987, los opositores asociaban Brasilia a Viedma a los fines de deslegitimar la iniciativa oficial. En contraste, quienes apoyaban el traslado buscaban desconectar Viedma de Brasilia a los fines de evitar tal deslegitimación acudiendo en ocasiones a referencias alternativas -y más austeras- como Bonn. Una misma ciudad puede ser en simultáneo movilizada como modelo a evitar en una escala urbana y como referencia positiva en una escala nacional. El costo de Brasilia y la proliferación de asentamientos irregulares alrededor de la ciudad planificada ha sido movilizado como argumento sobre su fracaso y como advertencia sobre el traslado de la capital argentina. En simultáneo, Alfonsin destacó el impulso épico de la capital brasileña y su contribución a la integración territorial en una escala nacional. 

VIII. Suponemos que la movilidad de modelos urbanos ocurre después de la etapa de implementación. Sin embargo, existen casos de proyectos y experiencias cuya circulación translocal se produce en simultáneo a su implementación local alterando la supuesta temporalidad “normal” de los modelos urbanos y su movilidad. La circulación de la experiencia de la urbanización de la villa 31 fue simultánea a su implementación local. Antes de finalizar su puesta en marcha in situ y en tándem con organismos internacionales, fue difundida internacionalmente por el entonces jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta en foros internacionales y premiada en eventos internacionales. El reconocimiento y prestigio externo no siempre deviene legitimidad interna y si ésta se consigue no siempre es duradera. Ahí está Beltrán Briones con su propuesta de trasladar los habitantes de la villa 31 al sur de la ciudad, desplegar una Dubai en Retiro y hacer caducar el concepto de integración urbana. 

IX. Los modelos urbanos son política e ideológicamente polivalentes: sus contenidos  y sentidos se modifican a medida que se mueven. El presupuesto participativo se enmarca inicialmente como ejemplo de planificación radical del Partido de los Trabajadores en Porto Alegre durante la década de 1980. Luego pasa a formar parte de las herramientas recomendadas por el Banco Mundial en una clave política y técnica distinta. De herramienta radical a instrumento de combate a la corrupción y empowerment de la sociedad civil.

X. Poner el foco en la movilidad de modelos urbanos no implica que todo se mueva: las movilidades funcionan en tándem con las inmovilidades. Las movilidades de las políticas de transporte y espacios públicos de Bogotá hacia otras ciudades se dan al mismo tiempo que se mantienen inmóviles algunas de las especificidades de la transformación de la capital colombiana, como ser las reformas fiscales que permitieron y financiaron los cambios más visibles.

XI. Curitiba, Bogotá, Medellín y otras ciudades de la región han sido construidas como modelos urbanos y circulado en la región y más allá de la misma. Esto ha ampliado las restrictivas geografías que informaban la movilidad de modelos urbanos en décadas previas. La movilidad  de políticas urbanas en sentido Sur-Sur también se ha convertido en un importante espacio de intervención para los bancos internacionales de desarrollo -reconceptualizados como knowledge banks-, la filantropía global y los think tanks globales. Esto es visible en el presupuesto participativo así como en el papel del ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa: como director del Institute for Transportation and Development Policy (ITDP) ha sido fundamental en la circulación generalizada y adopción de propuestas de  Bus Rapid Transit (BRT) en todo el mundo. El reconocimiento externo de esa forma de transporte tampoco garantizó ad eternum su legitimidad interna: las críticas al Transmilenio y la reaparición de propuestas de construir metros lo atestiguan.  

XII. La producción y movilidad de modelos urbanos son procesos relacionales. Lejos de ser una invención de una ciudad en particular, los modelos urbanos también son coproducidos por sus audiencias. Aunque sea discutible considerarlo como algo estable y unívoco, el modelo Barcelona -y su articulación de elementos de gestión urbana y diseño urbano- ha sido coproducido en su circulación en experiencias latinoamericanas. Los modelos urbanos se construyen a través de encuentros dialógicos y no preexisten a su demanda. Tal demanda y movilidad también impacta en las sucesivas relaboraciones de los modelos. Lejos de transferencias unidireccionales con emisores activos y receptores pasivos, estos procesos implican simultáneamente articulaciones locales detrás de la “exportación” de conocimiento, demandas externas que dan forma a la “importación” de políticas así como actores, redes y objetos que median entre ambos procesos.

La producción y movilidad de modelos urbanos son procesos relacionales. Lejos de ser una invención de una ciudad en particular, los modelos urbanos también son coproducidos por sus audiencias.

XIII. Las posiciones, agendas y motivaciones de los actores involucrados en la movilidad de  políticas cambian con el tiempo. Los actores pueden modificar su posición desde el lado de la “demanda” al lado de la “oferta” de la movilidad de políticas. La Corporación Antiguo Puerto Madero combinó su mandato inicial de urbanizar el área -en diálogo e interacción con expertos catalanes a inicios de los noventas- con el papel de consultoría y asesoría sobre grandes proyectos urbanos. Aunque no siempre materializados, ha establecido convenios con otras ciudades de América Latina y ha recibido menciones, premios y otros reconocimientos externos. Esto permitió la continuidad de la Corporación más allá de los límites temporales y físicos de Puerto Madero. La Corporación ha intentado transformar aquel reconocimiento externo en legitimidad interna a los fines de intentar atenuar las persistentes críticas a Puerto Madero que insisten en asociarlo a prácticas ilegales de diversa índole e insisten en su carácter excluyente respecto al resto de la ciudad. No siempre lo logró.  

Esta dinámica se reitera con la movilidad de políticas urbanas con otros contenidos sociales y urbanos como ser el caso de Medellín, el urbanismo social y las best practices periféricas. La proliferación de escaleras mecánicas, teleféricos y arquitectura de autor en barrios populares de América Latina ha implicado viajes de expertos, intercambios entre técnicos y políticos, mediaciones de organismos internacionales, consultorías y asesorías de expertise proveniente de la propia Medellín, ciudad que también supo reaprovechar intercambios previos con técnicos y políticos de Barcelona. 

XIII. Tiempo, espacio y sociedad hacen parte del artefacto o ensamblaje que conocemos como ciudad. Giro a la movilidad mediante, hemos visto que el movimiento también hace a la producción de políticas, proyectos y espacios.